En concreto, el gasto de consumo personal, que representa aproximadamente el 70% de la economía estadounidense, solo creció un 2,5%, una disminución de 0,8 puntos porcentuales en comparación con el crecimiento del cuarto trimestre del a?o pasado. El gasto en bienes incluso registró una disminución del 0,4%. La inversión en activos fijos no residenciales también se desaceleró, pasando del 3,7% del cuarto trimestre del a?o pasado al 2,9% del trimestre actual. Estos datos indican que el debilitamiento de la demanda interna es una de las principales causas de la desaceleración del crecimiento económico.
Además, la situación de la inflación en Estados Unidos también merece atención. Según el índice de precios de gasto de consumo personal (PCE), la tasa de inflación del primer trimestre fue del 3,4%, muy superior al 1,8% del trimestre anterior. El índice de precios PCE subyacente, el indicador de inflación que más preocupa a la Reserva Federal, aumentó del 2% del trimestre anterior al 3,7%, casi el doble de lo previsto por el mercado.
Este repunte de la inflación significa que, aunque la Reserva Federal ha adoptado una política de endurecimiento, la presión inflacionista sigue siendo considerable. El mercado espera en general que la Reserva Federal no comience a bajar los tipos de interés hasta finales de a?o, una expectativa que ha provocado la inestabilidad de los mercados de valores y de deuda. Los tres principales índices bursátiles estadounidenses cayeron en picado, y los principales índices bursátiles europeos también registraron descensos generalizados, lo que refleja la preocupación del mercado por el riesgo de estanflación.
En cuanto al comercio exterior, el informe se?ala que el comercio internacional ha tenido un impacto especialmente negativo en el crecimiento económico de Estados Unidos. La contribución negativa de las exportaciones netas a la tasa de crecimiento del PIB fue de 0,86 puntos porcentuales, lo que contrasta con el trimestre anterior, cuando las exportaciones netas contribuyeron al crecimiento económico. Los analistas se?alan que esto se debe principalmente al efecto del dólar fuerte, que ha reducido la competitividad de los productos estadounidenses en los mercados internacionales, lo que ha provocado una debilidad en el crecimiento de las exportaciones y un aumento de las importaciones, lo que ha ampliado el déficit comercial.
El impacto del dólar fuerte es especialmente evidente en los datos comerciales. La fortaleza del índice del dólar no solo ha hecho que los bienes importados sean relativamente baratos, lo que ha llevado a los consumidores y empresas a aumentar las compras en el extranjero, sino que también ha aumentado los costes de las exportaciones estadounidenses, afectando a su competitividad. Esta situación ya ha comenzado a manifestarse en los datos comerciales de este a?o, con un déficit comercial de 68.900 millones de dólares en febrero.
En cuanto al futuro de la economía estadounidense, algunos economistas afirman que, con la desaceleración de la demanda agregada, es probable que la inflación disminuya gradualmente a lo largo del a?o, pero aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el objetivo del 2% de la Reserva Federal. Felix Schmidt, economista del banco Berenberg, se?ala que la debilidad del crecimiento de las exportaciones está directamente relacionada con la disminución de la demanda mundial y la fortaleza del dólar, mientras que el fuerte crecimiento de las importaciones también refleja en cierta medida la solidez de la demanda interna de la economía estadounidense.
Los datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos muestran que la tasa de crecimiento del PIB del primer trimestre de 2024 fue del 1,6%, el gasto de consumo personal aumentó un 2,5%, el gasto en bienes disminuyó un 0,4%, la tasa de inflación aumentó al 3,4% y las exportaciones netas restaron 0,86 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.